domingo, 17 de diciembre de 2017

La ciudad quedó desierta. (casi canción)


I.

Construí una ciudad y no pude habitarla.

Una ciudad pequeña, digamos, como una maqueta.

Por lo mismo, hacer habitantes diminutos era todo un desafío.

Intenté un par de veces, es cierto, pero finalmente no sirvieron.

Y claro, la ciudad quedó desierta.


II.

Seguí, sin embargo, ampliando la ciudad.

Nuevos edificios, nuevas calles y hasta un río.

Pero claro, hacer personas a esa escala seguía siendo imposible.

Instalé luces, en cambio, y hasta construí una pequeña iglesia.

Una cruz en lo alto y vitrales de papel celofán.

De hecho, fabriqué un dios diminuto, pero nadie vino a adorarlo.

Y claro, la ciudad quedó desierta.


III.

Como ocupaba mucho espacio tuve que guardar la ciudad.

En principio con cuidado, pero luego, todo comenzó a dañarse.

Una ciudad hecha para nadie, pensaba.

Construida y destruida sin que nadie la habitara.

Una historia sin historia, digamos, nada más.

Y claro, la ciudad quedó desierta.


IV.

Si hubiese sido Leonard Cohen le habría hecho una canción.

Si hubiese sido Dios le habría dado habitantes.

De haber tenido fe la habría protegido de la lluvia.

Pero la ciudad se destruyó, finalmente, desde dentro hacia afuera.

Así, sin más, se destruyó.

Como el furioso corazón de un ángel.

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