domingo, 10 de diciembre de 2017

Mal dicho.

“No me entiendes, yo digo un poema malo…
mal cosido… mal dicho…
inconexo como la vida de un hombre,
que quiere ser honesto sin saber de honestidad”


I.

Dicen que cada hombre tiene el poder de resucitar un muerto.

Inseguros, sin embargo, guardan los hombres el poder para usarlo en sí mismos.

Entonces el hombre muerto resucita y vuelve a morir, con el tiempo.

Y nada aprende el hombre de la vida y su único don ha sido malgastado.


II.

Gasta el hombre su vida construyendo su casa y no su tumba.

Se esfuerza el hombre en la estructura y luego ha de llenarla de cosas.

Y el hombre cuida sus cosas y llena de cerrojos su casa.

Y el viento no circula y el aire se enrarece y es entonces cuando el hombre muere.


III.

Antiguamente veían las estrellas, los hombres, reflejadas en el lago.

Así, en medio de la noche, entraban al agua y se bañaban entre ellas.

Y las estrellas refrescaban la piel de los hombres y deshacían su cansancio.

Pero alguien les dijo que era engaño, y las estrellas, ofendidas, huyeron de los hombres.


IV.

Pobres hombres aquellos que intentaron vivir para sí mismos.

Lastimosas son sus obras y vanos sus esfuerzos por evadir el final.

Levantaron sus ojos y dejaron de ver a los otros y al camino.

Y mis manos se empuñaron al escuchar hablar de dios y la verdad.

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