miércoles, 20 de diciembre de 2017

Un ratón / Un grito.


Encontramos un ratón en el colegio.

Cerca de la sala de profesores, en una especie de bodega pequeña, a un costado de le enfermería.

Se escondió tras unos muebles, mientras algunos lo buscaban, haciendo ruido para que saliera del lugar.

Entonces me sumé a unos colegas que estaban tratando de mover unos muebles, sin saber muy bien qué hacer

Bromeamos un poco; hablamos del ratón; cercamos el lugar.

Supongo que todos esperaban que algún otro lo matara, finalmente.

Como me di cuenta retrocedí un poco, acobardado.

Fue justo en ese entonces que tras despejar el sitio, uno de los profesores se encontró frente a frente con el ratón.

El ratón era más grande de lo que creíamos.

El profesor lo miró, con un palo en la mano, pero no se decidía a atacarlo.

Otra persona, en tanto, filmaba la situación.

Pasaron unos segundos el profesor dio un paso adelante y el ratón parecía listo para saltar o intentar huir hacia algún otro sitio.

No saltó, sin embargo.

En cambio, nos dejó perplejos a todos, lanzando un gran grito

Y es que el ratón gritó, no hay duda, pero no se trataba de un grito o chillido normal.

Se trataba en este caso, de un grito humano.

Más humano incluso del que hubiésemos podido lanzar nosotros mismos.

Poco después, por cierto, mataron al ratón.

Nadie dijo una palabra sobre el grito.

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